A la catástrofe económica, sanitaria, de seguridad, educativa y social del país, se suma el desastre natural ocasionado por las inundaciones en los estados de Tabasco y Chiapas. Pero especialmente, por la gravedad de las afectaciones y el tamaño del desastre, deben destacarse las inundaciones en Tabasco.
Desde el 1º de octubre, Tabasco fue azotado por las inundaciones resultando afectados según cifras oficiales del Instituto Estatal de Protección Civil (IEPC) 623 mil personas de 14 de los 17 municipios del estado. En la ciudad capital de Villahermosa se anegaron 148 colonias con 486 mil damnificados.
Resulta indignante que la primera medida de los gobiernos federal y estatal fuera la de ocultar los datos, minimizarlos y reducirlos a 100 mil afectados. Acorde con eso, liberaron recursos del FONDEN, sin ventilar la cantidad de los mismos, y del Fondo de Contingencias de Tabasco por 3.5 millones de pesos, que se utilizaron para donar colchonetas, botellas de agua de un litro, láminas y costales. Es evidente que ese Fondo de 3.5 millones de pesos no sirvió para nada; prevaleció la política de Morena y la 4T de no invertir recursos para salvar del desastre a los pobres. Los datos oficiales dados a conocer así lo corroboran: dicen que instalaron 272 albergues donde atendieron a 12 mil 330 personas, con alimentos, colchonetas y cobertores. Suponiendo sin conceder que fueran ciertos esos datos, la pregunta obligada es la siguiente: ¿y el apoyo para las 87 mil 670 personas restantes? Pero los afectados no fueron 100 mil sino 623 mil tabasqueños, que carecen de alimentos y de lo más básico para sobrevivir en las condiciones insalubres provocadas por las inundaciones. En este caso, los gobiernos de la 4T y de Morena, tanto el federal como el estatal, actuaron como ante el problema de la pandemia del coronavirus: optaron por abandonar al pueblo a su suerte, dejándolos con sus necesidades de alimentos, cobijas, ropa, enseres domésticos, etc., antes que acudir en su apoyo para brindarles todo lo necesario.
Pero la infamia de Morena y la 4T no termina aquí: el gobierno no aplicó un plan de rescate y salvamento para evacuar a los damnificados, y llevarlos a los lugares seguros. No hubo bombas suficientes para achicar el agua; y, donde las hubo, no llevaron combustible para echarlas a andar, obligando a los afectados a comprar el diésel. Los siervos de la nación encargados de censar a los damnificados dejaron fuera a miles de personas, sin tomar en cuenta a comunidades completas, como Simón Sarlat, cobrando de a 500 pesos el folio, necesario para tener derecho a los apoyos anunciados por el gobierno. Y, para colmo de males, la policía detuvo a quienes se atrevieron a protestar exigiendo la aplicación del censo en sus comunidades, como la delegada municipal de Huapacal, Municipio de Cunduacán, Arveli N., quien está detenida y sujeta a proceso por este motivo.
La desgracia del pueblo de Tabasco se completó con las inundaciones del 31 de octubre, que abarcaron los municipios de Centro, Nacajuca, Centla, Cunduacán, Tacotalpa y Macuspana. El presidente Andrés Manuel López Obrador declaró públicamente que él tomó la decisión de inundar las zonas más pobres de Tabasco, abriendo las compuertas de la presa Peñitas, para no inundar la ciudad de Villahermosa. Pero los que saben dicen que realmente lo hizo para no inundar la construcción de la Refinería de Dos Bocas.
Y, en este caso, nuevamente, el gobierno federal y la 4T, actuaron con una indolencia criminal, porque no alertaron a la población ni enviaron a los soldados, marinos, guardia nacional, bomberos de todo el país, policías estatales de las entidades vecinas, para realizar una misión de salvamento, para evacuar a los miles de afectados. La movilización con todos los recursos a su alcance se imponía, porque se puso en peligro a miles de familias indefensas, que nunca supieron porque no fueron alertadas, que se les venían encima millones de litros de agua. Y los pobres de las comunidades indígenas lo perdieron todo: viviendas, muebles, enseres domésticos, ropa, animales, siembras, todo, absolutamente todo. Esta es la hora en que siguen inundados y el gobierno federal y su contraparte estatal no han hecho nada. Cero ayuda para los damnificados de Tabasco.
Quienes acudieron en apoyo del pueblo de Tabasco fueron países como Rusia, Francia, Rumania, España, Gran Bretaña, Dinamarca, Alemania, Finlandia y Turquía. Mejor algunas naciones extranjeras enviaron despensas para los damnificados antes que el gobierno de “primero los pobres”.
Los datos oficiales de afectaciones que se suman a los datos anteriores son: 302 mil 498 personas afectadas; 12 fallecidos; 99 mil 573 viviendas dañadas; mil 396 localidades inundadas en los 17 municipios.
Ante este panorama desolador y la falta de apoyo oficial de los gobiernos morenistas, el Movimiento Antorchista Nacional tomó la determinación de acudir en auxilio de sus hermanos tabasqueños, movilizando a la totalidad de la organización, para realizar colecta de víveres, de ropa y avituallamiento, para enviarlo a los damnificados. En el estado de Tabasco, los activistas del Movimiento Antorchista instalaron albergues para proporcionar alimentos y alojamiento seguro, y recorren colonias y comunidades hasta donde les alcanzan sus fuerzas, para proporcionar alimentos, ropa y cobijas. Además, realizan gestiones ante el ejército para conseguir más apoyo para los afectados.
Es digno de destacarse el envío de 5 mil despensas, 15 toneladas extras de alimentos y una tonelada de ropa, por parte de los compañeros antorchistas de Chimalhuacán. Pero, por falta de espacio no menciono a los demás compañeros que están haciendo lo propio.
A estas horas (sábado por la noche), están a punto de partir desde la ciudad de Puebla, un tráiler y dos camiones tortons, con aproximadamente 80 toneladas de apoyo para nuestros hermanos tabasqueños de parte del Regional Centro Sur del Movimiento Antorchista Nacional, que abarca a los estados de Puebla, Veracruz, Guerrero, Oaxaca y Tlaxcala. Y la recolección de apoyo continuará en los próximos días. El Movimiento Antorchista Nacional se hace presente en esta lucha en favor de los pobres de Tabasco.
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