El cuerpo de un supuesto delincuente fue consumido por el fuego al quedar este en el interior de una camioneta Urvan, con la cual habían “levantado” a un comerciante en Tecalzingo y fue retenida en la población de Pericotepec, por la policía y habitantes de ese lugar.
La movilización de gente en esa junta auxiliar perteneciente al municipio de Tlacotepec de Benito Juárez, se inició alrededor de las tres de la tarde, cuando gente de Tecalzingo comenzó a emitir información de que cuatro sujetos por la fuerza habían subido a un comerciante de ese lugar que se disponía a trasladarse para depositar poco más de 500 mil pesos.
La gente aportó información de las características de la camioneta en la cual viajaban a bordo los presuntos delincuentes; de esta manera la gente se organizó para esperarlos, la policía municipal hizo lo suyo, fue así como al ver que se aproximaba la Urvan, le cerraron el pasó, en respuesta los ocupantes del vehículo hicieron detonaciones de arma de fuego.
Al ser superados por los ciudadanos y al ver que uno de sus compañeros había perecido en el interior de la camioneta, se rindieron, fue entonces cuando la gente los comenzó a golpear, e incendiaron la Urvan dejando en el interior el cuerpo.
Elementos de la policía municipal trataron de intervenir para llevarse a los tres hombres que eran golpeados, no pudieron, la gente les pidió que se retiraran porque los sujetos serían linchados, pues están cansados de los robos, asaltos y otros delitos que ocurren en esa zona.
Al ver el riesgo que corría la integridad física de los detenidos, optaron los solicitar la presencia de elementos de la policía estatal, la cual llegó al lugar con un grupo de antimotines, fueron ellos quienes pidieron a los inconformes que entregaran a los tres detenidos, cuando estaban en las pláticas, una mujer llegó al lugar y sin importar el peligro al que se enfrentaba, se introdujo entre la multitud y llegó hasta donde estaba uno de los hombres golpeados a quien abrazó diciendo que era su hijo.
Esta súplica no sirvió y la gente lo siguió golpeando pese a que la progenitora no lo soltaba, de pronto el hombre logro zafarse y corrió hacia donde estaban unos cincuenta elementos de la policía, quienes le dieron protección.
La policía estatal insistía con los inconformes para que entregara a los detenidos, fue después de varios minutos de negociación como accedieron a entregarlos, para después retirarse del lugar.
Fue entonces cuando la policía pudo intervenir además de hacer las diligencias del levantamiento del cadáver de uno de los inculpados.